IMAGEN FINAL HOME MAYO 20

ART. 2. TÍTULO

Vender a cualquier precio, vender en cualquier circunstancia. Cuando este es el objetivo  de la venta, es necesario localizar el perfil adecuado de persona consumidora que permita cumplir esta finalidad. En este sentido, un perfil habitual, y en incremento –según las noticias que periódicamente muestran esta realidad–, es la persona mayor. Quien vende de acuerdo a este objetivo no conoce personalmente a quien le abre la puerta o le atiende al teléfono pero intuye que responde al perfil social de “persona mayor”: vulnerable, con escasa capacidad de comprensión, en otras palabras, fácilmente engañable. Si a esto se añaden ciertas técnicas de venta agresivas, que a cualquier persona (sea o no mayor) le influirían a la hora de realizar compras desfavorables para ella, ya tenemos los elementos adecuados para que la ecuación funcione a favor de quien dirige la venta.

La cuestión es, por tanto, comprender cómo pueden despejarse las variables que hacen válida esta ecuación para que el resultado sea favorable a quien consume, garantizando  sus derechos fundamentales en este ámbito. Incidir en la variable relativa a quien vende requiere aplicar medidas que regulen estas ventas y, en su caso, que establezcan las responsabilidades jurídicas correspondientes. Incidir en la variable “persona mayor” supone desarrollar diversas actuaciones. ¿Por ejemplo?

En primer lugar, visibilizar mediante noticias la realidad para alertar a las potenciales víctimas. En segundo lugar, divulgar mediante folletos informativos, charlas o seminarios, medidas de concienciación y actuación para que estas personas y, en su caso, quienes tienen a su alrededor, puedan protegerse y protegerles de este tipo de ventas. Aquí es fundamental la labor de transmitir la importancia de denunciar estas prácticas abusivas. Finalmente, resulta clave conocer las características específicas de estas victimizaciones; ya que puede que no  todas las personas mayores tengan la misma probabilidad de sufrirlas; en este sentido, los estudios victimológicos resultan claves para identificar los perfiles más vulnerables, todo ello con la finalidad de acotar de un modo más preciso y efectivo las medidas de protección: ¿quién ha de protegerse y cómo?

Todo ello, por supuesto, orientado “a estas personas mayores” pero también “con estas personas mayores”, es decir, contando con su colaboración. ¿Qué tal si les preguntamos: ¿como diseñamos la prevención, cómo contamos las cosas? Las personas mayores no desempeñan sólo un rol pasivo en esta materia, como potenciales víctimas, sino que también tienen un rol activo–o deberían tenerlo– como actores en lo referente a su seguridad. Sería también, incluso, una manera de modificar es imagen de vulnerabilidad de estas personas. ¿Lo pensamos y lo hacemos?

¡Gracias por leerme!
Iratxe Herrero Zarate©2018

3. FOTO ART. 1